Aprender un idioma no es un fin en sí mismo. Es abrir la mirada y la mente a todo un horizonte nuevo, a todo un mundo emocionante y diferente.
Cuarenta alumnos de 4º de ESO y de 1º de Bachillerato han pasado una semana en la ciudad escocesa de Edimburgo acompañados por tres de las profesoras de inglés del IES, Alicia, Sara y Beatriz.
Cierto que la intención del viaje era una inmersión lingüística para practicar la lengua inglesa y una inmersión cultural para empaparse de la historia, la cultura y los paisajes escoceses. Conocer la ciudad casi como si fuera la suya propia, descubrir sus rincones, las historias que albergan, las costumbres de sus habitantes, la gastronomía, el ocio, la música y el arte; la omnipresencia del tartán de los clanes, las telas de tweed y la lana de cachemir; los pastos verdes del campo británico, las montañas cubiertas de musgo y la piedra ennegrecida por la humedad; Harry Potter, Juego de tronos, William Wallace y Robert the Bruce; el lago Ness, el mar del Norte, los castillos, las leyendas, los fantasmas que habitan los cementerios ... Y aún podría seguir...
Pero ha sido mucho más que éso. Ha sido todo un aprendizaje de convivencia, de responsabilidad y de vida independiente.
El alojamiento en Edimburgo ha sido en un edificio de apartamentos que hemos ocupado casi por completo. Una enorme familia de 43 personas. En cada apartamento, cuatro alumnos han convivido y han gestionado entre ellos tareas como la compra de alimentos, la cocina y la limpieza. Organizar el reparto de responsabilidades, gestionar los roces normales que provoca la convivencia diaria, aprender a respetar el espacio del otro, ayudar al que tiene un problema, apoyar al que está triste, celebrar con el que cumple años lejos de su familia...
Todas las actividades tienen sus luces y sus sombras, sus momentos complicados, especialmente cuando trabajas con adolescentes. Pero definitivamente, el balance de este viaje no ha podido ser más positivo. Nos ha dejado a todos un buen sabor de boca y muchas, muchas ganas de más.
Enviamos desde aquí un saludo a Juanma, nuestro excelente guía, historiador, gran conocedor de la ciudad y de todas sus curiosidades, tan cercano a los alumnos que casi parecía uno más, conectando con ellos perfectamente.
Y, por supuesto, agradecemos y felicitamos a los alumnos por su participación activa en todas las actividades que hemos organizado allí, su capacidad para aprender, incluso de sus propios errores, su responsabilidad y su saber estar. Ha sido un placer viajar con vosotros.
Y ahora sí, las fotos. Pondría un millón, porque cada rincón, cada momento ha merecido la pena.
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