En un centro con un 49% de alumnado femenino, un claustro de profesores en que el 58% son mujeres y una plantilla de personal laboral con 5 mujeres y un solo hombre, la voz de las mujeres tenía que oírse alta y clara. A las 11:10 de la mañana, música interpretada por mujeres sonaba en los pasillos del IES y alumnos y profesores escuchamos la lectura de un manifiesto por parte de una de nuestras profesoras recordando las palabras de Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas:
"Conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas son tareas pendientes de nuestra época y constituyen e mayor desafío en materia de derechos humanos del mundo".
Un gran pliego de papel continuo recorría la pared e invitaba a todos a expresar sus reivindicaciones en favor de un mundo justo con idénticos derechos para hombres y mujeres.
"Conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas son tareas pendientes de nuestra época y constituyen e mayor desafío en materia de derechos humanos del mundo".
Un gran pliego de papel continuo recorría la pared e invitaba a todos a expresar sus reivindicaciones en favor de un mundo justo con idénticos derechos para hombres y mujeres.
La respuesta no se hizo esperar: frases y consignas en distintos idiomas, mensajes escritos por ellas y por ellos, clamaban por la igualdad entre los sexos en una gran pancarta blanca que se ha convertido en espacio de libertad de expresión y respeto, al fin y al cabo, en un espacio más para la educación, nuestra contribución a un mundo más justo para las generaciones presentes y futuras.
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