domingo, 1 de octubre de 2023

INAUGURACIÓN DE LA EXPOSICIÓN "RELACIONES" DEL ESCULTOR FRANCISCO ARRÁEZ


El sábado 30 de septiembre en el Museo Municipal del Pósito Real de Campo de Criptana tuvo lugar la inauguración de la exposición Relaciones del escultor Francisco Arráez,  quien ha sido desde 1991 hasta febrero de 2022 profesor de Plástica en el IES Hermógenes Rodríguez de Herencia, donde inevitablemente sus creaciones han dejado su huella imborrable. Ya retirado de la docencia, se dedica ahora a su vocación de toda la vida, a la creación plástica en sus distintas facetas de obra gráfica y escultura.
Allí nos hemos reunido amigos de mucho tiempo para acompañar a Paco en esta inauguración en el marco de este singular museo que tiene para él un significado muy especial y que luce espectacular con las recientes obras de remodelación llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Campo de Criptana.
El acto ha comenzado con las palabras de Manuel José Díaz-Pacheco, comisario de la exposición, amigo y compañero del IES Hermógenes Rodríguez durante muchos años, y de Santiago Lázaro, hoy alcalde de Campo de Criptana y también amigo y antiguo compañero del Hermógenes. 
Aquí dejamos unas imágenes del acto de inauguración y las palabras de Manuel José presentando al artista y su obra.

Hoy aquí, en el Museo de El Pósito de Campo de Criptana, en el Corazón de La Mancha, Francisco José Arráez Lorente, hijo de Aurora y Paco, marido de Beatriz y padre de Esteban y Beatriz, personas imprescindibles en sus creaciones, presenta una parte de su obra, de su vida. Paco Arráez lleva más de 30 años en esta tierra. Varios de los presentes, incluido el Alcalde, hemos compartido vida y obra en el IES Hermógenes Rodríguez de Herencia. Una relación que ha estado marcada por las creaciones de Paco. Desde su llegada a Herencia en 1991 ha aportado su visión artística y ha dejado obras que son historia de la comunidad. Durante esta etapa ha compatibilizado la escultura con el magisterio. Hoy alejado de las aulas vive entregado a su pasión creativa a los pies de la Sierra de Puerto Lápice.

Conocimos a Paco siendo ya un artista, que había obtenido varios premios provinciales y nacionales de escultura, que lo llevaron muy joven, incluso antes de terminar la licenciatura en Bellas Artes, a Canadá. Esa estancia y las relaciones surgidas entonces le permitieron conocer los entresijos del negocio del arte. Desde sus inicios quiso mantener su autenticidad artística, expresándose libre de todas las tendencias, ataduras e intereses comerciales. Paco busca que la obra sea fiel a sí mismo, no vende su alma de artista. Su deseo de hacer en cada momento lo que quería le llevó a las aulas, para ser libre.

Paco siempre ha respondido rápidamente y de manera generosa para intentar llenar el vacío de un grupo o una comunidad y ha ofrecido su obra, a veces costándole dinero. Tras la pérdida de Jesús de Haro dejó La Huella en Alcázar de San Juan, un crimen machista en Herencia llevó a La Mujer Maltratada al Parque de la localidad, y el deseo de buscar horizonte e identidad educativa generó la presencia de El Pensador en el Patio del Hermógenes, esta obra de Paco es la imagen del IES que nos sobrevivirá a todos.  

Para Paco la plástica es la vida, la auténtica vida, es su modo de explicarse, de vivir. Retirado en su santuario, en su paraíso, necesita tener distancia con el mundo para poder observarlo mejor, para que su mirada no esté contaminada. Cuando quiere se acerca a la realidad, pero necesita pensarla en soledad, para después con perspectiva poder ofrecernos su visión y compartir toda su intimidad intelectual y artística.

Paco no tiene sólo un estilo, su mirada es poliédrica, como diversos son sus materiales (madera, hierro, bronce, metacrilato, mármol, piedra…) Busca decir lo máximo con lo mínimo, sus obras son conceptistas, tres dedos son una mano. Sus figuras no necesitan los ojos para que cada una de sus obras tenga una mirada. Los que seguís su obra desde hace más de 30 años reconocéis su estilo, aunque este no se pueda encasillar y muestre una rica diversidad.

Utiliza muchos materiales, cambia de formas y de expresión pero los temas son recurrentes, las preguntas fundamentales, la relación de lo pequeño con lo grande, de lo personal a lo general, la relación por asociación del fragmento con el todo. Él vive atento a lo que pasa en su entorno más cercano y en el mundo, es sensible a la situación de las mujeres en Irán o a unos olivos centenarios que yacen secos a los pies de la Sierra de La Bólliga. Es un perfecto observador y un lector de almas, algo que muy pocos pueden hacer. Su mirada es penetrante y contundente, analiza, descompone y vuelve a componer su universo con un toque irreverente, que siempre nos ha sorprendido. 

Paco rompe con la visión frontal de la vida y encuentra su expresión en el interior de lo que vemos y vivimos, mirar desde otro lado, no desde la cara que todos vemos. Es el búho que todo lo observa y luego se transforma en la Atenea que elabora su versión de la realidad.

Carácter introvertido, ajeno aparentemente a la comunidad, se aleja del ruido y de los escenarios sociales para tener perspectiva y poder mirar lo que sucede, lo que nos pasa y sacárselo a la piedra, al mármol o al bronce y dejar una obra imperecedera, que seguirá hablando cuando ya no estemos.

Gran conversador cuando se acomoda en su sillón, con su pipa, repasa con alegría todos los elementos de su entorno. Es una versión elegante del “Homo sum” de Terencio.

Paco tiene mucho respeto por el espectador, porque es el que completa la obra de verdad, sin el espectador el artista no es nadie. Para Paco no es necesaria la educación artística de una persona para que pueda disfrutar de la belleza del arte. Recordamos los dos a mi padre, hortelano que nunca fue a la escuela, contemplando en su casa un Cristo yacente hiperrealista y una maternidad y dijo algo que 25 años después nos sigue sorprendiendo: “me gusta más el Cristo, pero seguro que es mejor la otra”. Por eso reivindica una mirada libre de prejuicios y limitaciones que dialogue con la obra que observa y que pueda ampliar, corregir, ratificar o rechazar la mirada del artista, pero que pueda decir esta obra me gusta, me conmueve, me interroga, me seduce, me puedo sentar a contemplarla.

El fin fundamental es buscar la belleza y provocar un me gusta en el espectador, aunque la mirada del artista y la del que observa la obra se crucen y sientan cosas diferentes, pero tienen el elemento común de la belleza.

Con que una persona disfrute con alguna de las obras se siente bien valorado. Su obra es siempre un diálogo abierto, que sigue vivo con el paso del tiempo, aunque cambie la mirada.

Las obras de Paco me gustan porque 30 años después siguen hablando y le seguirán hablando a mis hijos. Fue capaz de darle permanencia a mis padres tras su muerte y hoy en mi salón dicen más que cualquier fotografía. Hay obras inertes, pero las de Paco muestran una comunicación permanente y poliédrica. Sus obras tienen alma y siguen creciendo con nosotros.

“Relaciones” es una exposición preparada para El Pósito, el espacio y los materiales de esta casa se convierten en amplificadores para su obra. Es una muestra pensada especialmente para este lugar. Las obras que habitan hoy El Pósito dialogan mejor con los espectadores en esta casa. No sabe si esta será su última exposición en La Mancha, pero sí tenía muy claro que esta la quería tener aquí en El Pósito de Campo de Criptana. Toda exposición es una pequeña mentira porque no puede enseñarlo todo, pero es la verdad de Paco, aunque no sea toda su verdad, ni todo su universo.

Esta exposición es un antídoto a lo efímero del ser humano, es una manera de detener el tiempo. Nuestras bocas se habrán cerrado definitivamente y las obras de Paco seguirán hablando, para decir como el poeta Horacio “non omnis moriar”, porque sabe que su herencia pervivirá “exegi monumentum aere perennius” (“levanté una obra más duradera que el bronce”) (Horacio, Odas III, 30, 6-7)

Gracias, Paco, por esta exposición, un acto más de generosidad con la comunidad, gracias por atreverte a compartir tu intimidad artística e intelectual. Y por enseñarnos a mirar para que mejoremos nuestro pensamiento. Bien sabes que la cultura no es un lujo, ni un objeto decorativo, sino algo tan necesario como el comer.

Es importante que ahora al ver la obra, siguiendo la recomendación de Paco, lo hagamos de la forma más libre que podamos, como cuando Arráez la crea. De esta forma haremos ciertas las palabras de Aristóteles y podremos gozarla. Que la disfruten.

Texto de Manuel José Díaz-Pacheco Galán, profesor del IES Hermógenes Rodríguez







No hay comentarios:

Publicar un comentario