sábado, 2 de marzo de 2024

CONCURSO DE RELATOS CORTOS DEL A.M.P.A. JESÚS RUIZ

Esta  mañana en la Biblioteca del IES Hermógenes Rodríguez se han entregado los premios del Concurso de Relatos Cortos convocado por el AMPA Jesús Ruiz, que se ha implicado activamente en el Plan de Lectura del centro. Juan de Dios García-Hidalgo ha sido el encargado de felicitar a los ganadores y hacer entrega de los obsequios y diplomas a los alumnos y alumnas ganadores.



PREMIOS CATEGORÍA 1º y 2º E.S.O.

UN REGALO ESPECIAL

Nunca olvidaré aquel día. Después de tanto tiempo, lo sigo recordando claramente. Era una tarde de primavera como otra cualquiera, en el pequeño pueblo donde crecí, y, yo, iba caminando por las calles empedradas perdido en mis pensamientos. 

Fue entonces cuando lo vi. Un anciano estaba parado en la esquina de la plaza, apoyado un bastón desgastado. Al pasar por su lado, me miró con una profunda mirada, la cual me hizo detenerme. Sin pronunciar palabra, extendió hacia mí una pequeña caja de madera tallada. Intrigado, acepté el regalo. Abrí la caja con curiosidad y descubrí un reloj antiguo. Tenia un mensaje grabado en la tapa que decía: "El tiempo es tu aliado, no tu enemigo". Ese mismo día, al llegar a casa, coloqué el reloj encima de mi mesita de noche, deseando poder explorarlo al día siguiente. Cuando desperté el reloj ya no estaba en la mesita. Me pasé días buscándolo por todas partes, pero nada. Pasó la primavera, el verano y el otoño, pero, un día de navidad, vi algo en la ventana de mi habitación, como si de un regalo se tratase. Me acerqué para ver que era y, resultó ser la caja con el reloj. Cuando abrí la caja, el reloj estaba tal y como me lo entregó el anciano y completamente limpio, como si el tiempo desde que lo perdí no hubiera pasado. Al coger el reloj me fijé en algo extraño, las manecillas del reloj estaban algo torcidas y la hora no estaba bien ajustada. Pero, al girar las manecillas, las agujas también giraron de manera peculiar, y, en ese momento, el tiempo se distorsionó. Me encontré de pie en la misma esquina de la plaza donde conocí al anciano, pero esta vez era yo quien sostenía la caja de madera tallada. Vi a mi yo del pasado caminar hacia mí, con la mirada perdida en sus pensamientos. Cuando me acerqué, extendí la caja y pronuncié las mismas palabras que al anciano me había dicho: "El tiempo es tu aliado, no tu enemigo".

DAVID RODRÍGUEZ LIGERO 2º ESO


DESEOS HECHOS REALIDAD 

Nunca olvidaré aquel día en el que el tranquilo pueblo de Brisa del Valle, daba la bienvenida de la primavera, que anunciaba el regreso de la Feria de los Recuerdos. La feria, conocida por sus encantadores carruseles y puestos de algodón de azúcar, tenía un rincón especial: el Carrusel de los Sueños. En ese carrusel, cada caballo de madera tenía la capacidad de hacer realidad un deseo. Los lugareños creían que, si elegías el caballo correcto y formulabas tu deseo con sinceridad, el Carrusel de los Sueños lo concedería. 

Ese año, una niña llamada Luna se acercó al carrusel con un deseo especial en su corazón. Montó en un caballo blanco adornado con destellos de estrellas y susurró su deseo al oído del caballo. Pidió valentía para enfrentarse a desafíos que le esperaban en la escuela nueva. 

Al día siguiente, Luna descubrió que había sido seleccionada para el papel principal en la obra de teatro del colegio. Sorprendida y emocionada, recordó su deseo en el Carrusel de los Sueños. La valentía floreció en ella y su actuación dejó a todos maravillados. 

La noticia del deseo cumplido se extendió por el pueblo y más personas visitaron el Carrusel de los Sueños. Cada uno eligió su caballo con cuidado y formuló deseos que iban desde la curación de antiguas heridas hasta la esperanza de un futuro mejor. 

La Feria de los Recuerdos se convirtió en un lugar donde los sueños se hacían realidad, y el Carrusel de los Sueños se volvió un símbolo de esperanza y magia en Brisa del Valle. Con risas y sueños compartidos, la feria se despidió hasta el próximo año, dejando tras de sí un rastro de alegría y la certeza de que, a veces, la magia está más cerca de lo que creemos.

ESTHER RODRÍGUEZ DE LIÉBANA 1ºESO


PREMIOS CATEGORÍA 3º y 4º E.S.O.

HUNDIDA EN UNA PESADILLA

Nunca olvidaré aquel día en el que mi destino fue escrito por esa mirada que, injustamente, se convertiría en el peor de mis recuerdos. Los recuerdos se tatúan en tu memoria como una condición de tu presente, y aquellas dos pupilas azules manchadas de sangre se tatuaron en la mía, hundiendo mi presente en esos dos mares rojos. Recuerdo sacar la hoja del cuchillo del orificio perfectamente clavado por mi ira incontrolable en su pectoral izquierdo. Recuerdo acercar mis labios temblorosos a su oído, y susurrarle esas siete letras que tanto necesitaba pronunciar: s-e-a-c-a-b-ó. Entonces sentí su último suspiro, su última respiración, y su último latido que penetraron en mi conciencia completamente rota. Recuerdo el frío en mis manos tirando su cadáver a la tumba ya cavada. Sí, lo enterré en aquel bosque oscuro, rodeado de aquellos árboles altos y puntiagudos, dejando que la tierra húmeda esconda la que había sido mi peor pesadilla. Y ese es el problema, que las pesadillas no desaparecen, se esconden, pudiendo siempre salir y ser descubiertas; pero claro, yo entonces no lo sabía. Hoy, esa última mirada la veo cada vez que la mía es ocultada por esos párpados cansados de ser embestidos por sombras para tapar el combo, de su fuerza y mi miedo, que un día fue despertado. Y hoy, recuerdo esos golpes; su intento de enterrarme viva tras detenerle; mis manos cavando aquella tumba; mis siete puñaladas en su pecho; su sangre sucia infiltrándose en mis moratones; mis gritos silenciosos y mis lágrimas secas; mi cuerpo huyendo de la escena del crimen, pero mi mente quedándose atrapada entre esos árboles; aquel día… Aquel día me libré de sus daños, pero no de su recuerdo. Y aquel día, aunque fue una tormenta, me dió las alas y la libertad que tanto anhelaba.

VIOLETA TAJUELO 4º ESO


NAVIDADES SELVÁTICAS

Nunca olvidaré aquel día. Aquel 25 de diciembre en el cual los animales de la selva nos reuníamos otro año más para celebrar la Navidad. 

La mesa estaba lista y repleta de deliciosos manjares, turrones, polvorones, bolitas de coco. Elegantes candelabros se extendían a lo largo de la mesa. La cubertería de plata y los platos de porcelana. No faltaba detalle, todo estaba previsto.

Las luces adornaban las copas de los árboles, y los delicados copos de nieve caían sobre la extensa y blanca superficie. Había un aroma a jengibre que inundaba el lugar. 

No faltaban los Villancicos y los bailes. 

Los animales iban llegando desde todos los rincones del mundo. Y entregaban sus invitaciones a la pareja de Gorilas Seguratas. 

Las aves revoloteaban y tomaban asiento. 

Los pingüinos, que no quisieron perderse tal evento, tomaron el primer vuelo desde New York. 

Las jirafas mientras esperaban el comienzo de la cena, alargaban su cuello para conseguir atrapar las deliciosas hojas azucaradas de los árboles de Navidad. 

Todos nos fuimos sentando alrededor de la mesa y nos acurrucábamos los unos con los otros para darnos calor. 

Y entonces, apareció el león. Presidiendo el banquete, relamiéndose el hocico. Y formulando la tradicional pregunta, por undécima vez: 

¿Quién va a ofrecerse voluntario este año?

CRISTINA MOLINA-PRADOS GÓMEZ-LOBO 4º ESO 


PREMIOS CATEGORÍA 

BACHILLERATO Y CFGB

LUNA DE PLUTÓN

Nunca olvidaré aquel día de noviembre cuando pensaba que el viento frío proveniente de los Pirineos no podría helar más la sangre. Bastó un vistazo en el periódico para que mi mundo entero se viniese abajo, dicho de otra manera, que mis pensamientos me traicionaran y fuera tal y como lo imaginaba desde un principio. Todas mis sospechas se hicieron realidad, pero aun así yo quise acallarlas y creerme que la sonrisa de tu rostro al darte el sí fuese suficiente para allanar mi debilidad. No sé si habrá pasado más de 2 horas o habrá sido cuestión de minutos desde que derramé el café inconscientemente sobre la mesa, pues mi percepción del tiempo se detuvo al instante. El susurro de la lluvia acompañado por el rumor de los truenos procedentes de afuera indicaban que el mal tiempo se avecinaba sobre las calles de Nueva York y fueron estos los que me sacaron de aquel trance del que mi mente había permanecido hasta por aquel entonces. No sé si fue por inercia, pero sin tiempo para pensar, mis pies se dirigieron hasta la puerta principal y mi mano se posó sobre el picaporte, girándola, consiguió abrirla, yendo a recibirme una fría ráfaga de viento despertando mis sentidos por completo. Necesitaba pruebas, pruebas de que no era una broma, una pesadilla de la que no podía despertar o algo similar. Quizá por eso me encontraba allí, en plena calle, preguntándole a la primera persona que viese en medio de un vendaval si aquel nombre distinguido en negrita como una de las desaparecidas del escuadrón espacial 384 era el de mi hija, Samanta Brown, la primera mujer en pisar la Luna o eso esperábamos.

PAULA  ROXANA LENGHEL BORGOVAN 2º Bachillerato


(SIN TÍTULO)

Nunca olvidare aquel día, cuando te vi por primera vez, fue cuando me enamore sé que lo nuestro es imposible, yo soy de un mundo y tú de otro. Vivimos en mundos diferentes: tú eres del mundo rico, pijo donde todo lo que pides te lo traen al minuto, todo el mundo te quiere, eres popular, y sobre todo eres guapo. Yo de otro mundo: donde tengo que conseguir lo que quiero por mi cuenta, mis padres trabajan de día y de noche para traernos lo suficiente para comer, tengo pocos amigos y tampoco soy popular todo lo contrario de ti. Yo me enamoré de ti en la primera vez que te vi, pero tu ni siquiera sabes que existo o eso creo yo bueno talvez nunca estemos juntos ni siquiera podremos ser amigos. Todo por las diferencias, ese es un problema de hoy en día y siempre lo fue, si dos personas se quieren y una es rica y la otra pobre entonces no pueden estar juntos, o uno es español y la otra es marroquí o de otra nacionalidad entonces no pueden estar juntos. A nosotros nos pasa lo mismo yo soy la chica que no le gusta salir, no le gustan las fiestas le gusta estar en casa, pero tú no, a ti te gusta salir te gustan las fiestas etc... Yo prefiero estar en casa viendo películas un viernes, pero tú no, a ti no te gusta eso. ¿Ves? Te dije que somos muy diferentes nunca puede haber algo entre nosotros. Espero algún día poder hablar contigo y confesarte lo que siento por ti.

ZINEB SAHIR 1º Bachillerato



Publicamos también el resto de relatos presentados a concurso.

1º y 2º E.S.O.

SIEMPRE RECORDARE AQUEL DIA... 

Hola, me llamo Pau, siempre recordare el día que mi padre falleció. Él era catedrático en la Universidad de Enfermería en Ciudad Real. Este hecho fue devastador tanto para nosotros como para la Universidad pues él era uno de los mejores profesores, según su mejor amigo, el Director Manuel; pero dejémonos de lamentaciones pues este día no acabo ahí, empezaron a ocurrir cosas un tanto extrañas: las mesas se movían, las bombillas se caían.... Lo que yo no sabía era que mi vida cambiaría por completo desde la mañana del día siguiente. 

Al salir a caminar por la mañana me encontré con una extraña cueva la cual nunca había estado allí, y yo ni corto ni perezoso me adentré en ella; era enorme y tenía una especie de altar de madera rojiza, era muy grande y parecía una portería. Entré y aparecí en el mismo bosque del que venía, pero esta vez no había cueva. Entonces un centauro apareció detrás de mí y lo que me dijo me dejó perplejo: 

-Tu eres el elegido; completa la misión y salva este reino de las garras del dios de la Muerte.

Acto seguido me montó en su lomo para ir a un reino el cual parecía próspero. 

La misión era ir a la cueva y matar al dios con una espada mágica la cual me dieron el en palacio. Me explicaron que a cambio me darían la cura para resucitar a mi padre y entonces yo fui hacia la cueva y … Tuve que esconderme pues el dragón era colosal, así que cuando dormía ... ZAASS¡¡ Le corté parte de la cola y murió desangrado. Cuando regresé me felicitaron y me dieron la cura. Y al volver, desenterré a mi padre y... lo reviví.

ALFONSO GARCÍA-CARPINTERO HERENDIA  1º ESO


MÁS VACACIONES 

Nunca olvidaré aquel día, que parecía ser un día normal. Me desperté a las siete, me vestí, me lavé los dientes, la cara, me peiné y me puse los zapatos. Estuve esperando a que viniesen las chicas a por mí, ya que eran casi las ocho. Llamaron a mi puerta, les abrí, pero no eran ellas, eran dos ovejas. No entendía que pasaba, pero se notaba que querían algo de mí. Las seguí hasta el campo, donde había muchas ovejas más. 

 Me estaba asustando, ya que creía que mis amigas eran las ovejas, pero no, solo eran ovejas. Las liberé y me llevaron a casa, donde ya sí estaban mis amigas esperándome. Las ovejas, como agradecimiento nos llevaron a las tres al instituto. Obviamente no nos montamos en ellas, sino que llamaron a su chófer, llamado Paco Eustaquio, que nos llevó en su limusina color verde oliva hasta el instituto, pero como eran las ocho menos diez, decidimos ir a desayunar. Yo me tomé una Fanta de naranja, una de mis amigas se tomó un Actimel, y la otra se tomó un zumo de naranja natural con naranjas de Perú. Ya era la hora de irnos, así que nos montamos en la limusina y nos fuimos al instituto. Cuando llegamos, bajamos todas, mis amigas, las ovejas y yo. Las ovejas formaron una clase nueva de estudiantes, la clase de 1ºE. Finalmente, las ovejas se hartaron del instituto y, como eran amigas de la Junta Directiva, nos dieron un mes más de vacaciones a todos. Así podríamos descansar más. 

BIANCA ANDREA CONSTANTIN 1ºESO


LA ÚLTIMA PALABRA 

Nunca olvidaré aquel día en que mi padre murió. Me sentí totalmente destrozada, no me lo podía creer. Un pedazo de mí había muerto, la única persona que me ayudó cuando mi mundo se caía.

Cuando estábamos en urgencias, mi madre salió llorando a la sala de espera, y me miró a la cara y me dijo que mi padre había muerto. Yo me eché a llorar. Mi padre murió, por un accidente de coche. Él salió de trabajar para venir a mi casa con nosotras, pero un coche venía en dirección contraria y desgraciadamente lo mató. Con los cristales por el cuello y la cara, las últimas palabras de mi padre fueron: “os quiero”. Y las sirenas de la policía y de la ambulancia resonaban en mi cabeza. No pude ir al colegio durante días, semanas, incluso meses. Yo solo podía pensar en él, en que no volvería a verlo más. No podía salir de mi habitación. Cada paso que daba por mi casa me recordaba a él: el baño cuando me duchaba de pequeña, la cocina cuando me daba de comer, el salón cuando veíamos películas de Navidad juntos, pero todo eso ya se había quedado en pasado. 

El día en que mi padre murió fue justo tres días después de mi cumpleaños, el lunes 16 de enero del 2013.Nunca olvidaré aquel día. 

CARLA RODRÍGUEZ PÉREZ 1ºESO


LA CAJA

Nunca olvidaré aquel día... 

Mi mujer y yo estábamos en el salón viendo la nueva serie de Pocoyo hasta que sonó el timbre de casa. Fui a ver quién era, pero no había nadie, solo la caja que pedí por Wallapop. La cogí, cerré la puerta y me dirigí al salón, donde la dejé. 

Mi mujer me preguntó qué se encontraba en el interior, pero como tengo memoria de pez no me acordaba. La abrimos y… no había absolutamente nada dentro, estaba vacía, lo más raro es que no tenía fondo, era todo negro, como la tinta. 

No entendí nada y me fui a mi cuarto, de repente, mi mujer me llamó, fui al salón y me encontré con que había una cara perturbadora dentro de la caja. Del terror, me marché en el coche a dar una vuelta y despejarme, hasta que recordé que había dejado a mi mujer en casa con esa caja, y de repente, ella me llamó diciendo: 

“¡Javi, Javi, ven corriendo a casa rápido, algo está saliendo de esa maldita caja, y no…!” (se corta la llamada). 

Volví lo más rápido que pude a casa, fui al salón y vi a una figura humana parecida a una sombra llevarse a mi mujer adentro de la caja, intenté salvarla, pero no llegué a tiempo y perdí al amor de mi vida... 

ERNESTO CABALLERO MORUECO 1ºESO


UN AMIGO DIFERENTE

Nunca olvidaré aquel día, un día de verano precioso. Los pájaros cantaban y el sol brillaba. Yo estaba en la playa como cualquiera haría en un día tan caluroso como este. 

Mis hermanos, mis padres y yo estábamos bañándonos tranquilamente, cuando mi hermano pequeño saltó del agua gritando a todo pulmón, diciendo que había visto un tiburón. Pero nosotros no le creímos, porque se decía que en esa parte de la playa no había tiburones. Pero mi hermano estaba demasiado asustado como para volver a bañarse. Yo creí que estaba mintiendo, porque él siempre nos gasta bromas, pero cuando me moví en el agua para coger la pelota con la que estábamos jugando, sentí como que algo se movía bajo el agua, pero no le hice caso porque creía que solo era mi imaginación. 

Cuando decidimos salir del agua y comer algo, volví a sentir algo moviéndose en el agua. Entonces cogí las gafas de piscina, me las puse y me sumergí en el agua, pero no había nada. Miré por todas partes y no vi nada, pero cuando miré a mi izquierda vi un gigantesco tiburón blanco. En ese momento mi corazón se aceleró, creí que ya llegó mi fin, pero no me hizo nada se me quedo mirando fijamente no me comió ni nada de eso y vi en sus ojos que no quería hacerme daño. 

Subí a la superficie del agua y él también. Entonces giró a mi alrededor y entendí que solo quería jugar y le lancé la pelota y él la siguió y nos quedamos jugando. Decidí presentárselo a mis hermanos y a mis padres; los llamé y se lo presenté. Al principio tenían miedo, pero vieron en sus ojos que no era malo y le tomaron cariño. 

FÁTIMA ZAHARA AZIZ 1ºESO


EL GRAN DESCUBRIMIENTO

Nunca olvidaré aquel día en el que fui a dar un paseo por la sierra con mis primos y mi tío. Íbamos andando por allí, subiéndonos a las piedras, correteando, escondiéndonos..., cuando encontramos un puente de piedra muy antiguo, escondido entre la maleza y las rocas. Al pasar la mano por una de aquellas piedras, notamos un grabado. Limpiamos bien la piedra y así pudimos ver bien que era un águila con las alas abiertas con un cartel con en el que había siglas: S.P.Q.R. 

Como empezaba a anochecer, le hicimos fotos y nos la llevamos a casa para investigarla. Mis primos y yo estuvimos investigando esas siglas en internet, en bibliotecas, en museos, en el ayuntamiento... Hablamos con los historiadores del pueblo y descubrimos que ese símbolo y esas siglas significan “Senatus Populusque Romanus”, es decir “Senado y la Gente Romana”; así que ya sabíamos que era un símbolo romano que representaba el lapso o avance del imperio romano, ¡y que el imperio romano llegó a Herencia! 

Los historiadores de Herencia nos acompañaron al Museo de Historia de Madrid. Allí nos dijeron que era un gran hallazgo y que lo iban a incluir en una de sus secciones. El descubrimiento fue tan importante que salió en los periódicos e incluso en las noticias de televisión de todos los canales. 

JORGE GALLEGO DE LA SACRISTANA GARCÍA-MORATO 1ºESO


LA CIUDAD DE LOS SUEÑOS 

Nunca olvidare aquel día tan especial... Había una familia que se iba a mudar a Buenos Aires. La familia se instaló en una casa muy bonita. 

Una semana después, la niña, llamada Nadia, llegó del Instituto, y quiso colgar su abrigo en su nuevo armario. Cuando ella lo dejó, vio que había una puerta y entró por ella. Se encontró una carretera muy larga. Vio que no había vuelta atrás, así que echó a andar. Después de una hora andando, se encontró un cartel que ponía ‘Ciudad de los sueños’. Había llegado a la Ciudad de los sueños. 

Aquello era su mundo soñado, todas las casas como ella quería, enteras moradas como a ella le gustaba. Las casas eran especialmente raras. Eran todas en forma de castillo. Era súper guay. A Nadia le encantaba el morado. Ella fue andando por la ciudad, que le encantaba. Entonces se encontró un edificio un tanto extraño, entró y vio que era un teatro. Por curiosidad, se sentó y vio la obra de teatro. Y cuando empezó a verla, se sintió reconocida. Sintió que le sonaba mucho, muchísimo; y de repente se dio cuenta… Era su vida. Ella se sintió alabada, todo el mundo, el público aplaudía. 

Cuando terminó la obra, repente ella empezó a escuchar una voz que decía: Nadia, Nadia, Nadia. Entonces ella abrió los ojos y vio que todo aquello había sido un sueño. Ella se puso triste al ver que no era un sueño, pero pensó que el sueño había sido inolvidable y mágico. 

MARÍA MATEOS DE ARRIBA JIMÉNEZ 1ºESO


AQUEL MAL RATO

Nunca olvidaré aquel día en el que estábamos viendo una película mi madre y yo en el salón, cuando de repente tocaron a la puerta. Me asomé por la ventana y vi que era la policía. Mi madre abrió y nos pidieron revisar mi casa, pero nosotras no entendíamos qué pasaba, así que simplemente obedecimos porque no teníamos nada que esconder. Pero, de repente… ¡la agente grito del susto! Mi madre fue corriendo a ver qué sucedía y… ¡No se lo podía creer! Había un hombre sin hogar dentro del ático. No sabíamos cómo pudo entrar si no salimos de casa en todo el día. 

¿No dejaste tú la ventana del ático abierta? - Me dijo mi madre. 

Y de repente… ¡Ya todo cuadraba!, el hombre se había colado por la ventana del ático, ya que ese día nevó y hacía mucho frío a fuera. Pero tampoco eran esas las formas, porque el mal rato nos lo llevamos.

Los agentes lo llevaron a un refugio y le dieron comida y nos dijeron que a la próxima vez tuviéramos más cuidado para no tener que pasar otro mal rato. 

WARDA SGHIR BADDA 1ºESO


NO HAY MEJOR REGALO QUE UNA AMIGA 

Nunca olvidaré aquel día cuando conocí a mi mejor amiga y me ayudó a salir adelante. 

Celia era una chica que siempre había sido muy vergonzosa y no tenía muchas amigas porque ella tenía superfuerza y a la mayoría de niños le daba miedo acercarse a ella, porque no querían que les hiciera daño. 

Hasta había salido en el periódico una vez por su superfuerza eso solo le había traído problemas. 

Se mudaron a una pequeña y acogedora casa y allí empezaron a colocar todo lo de la mudanza. Cuando ordenaron todo, ella preparó su mochila con los libros y cuadernos porque al día siguiente tenía que ir al colegio. 

Por la mañana sonó su despertador, lo apagó con cuidado para no romperlo y se preparó, se vistió y salió pitando porque llegaba tarde. Cuando llegó se tuvo que presentar a toda la clase y ella notó que algunas chicas se estaban riendo. 

Sonó la campana del recreo y los primeros diez minutos estuvo sola, pero se le acercó un chica y empezaron a hablar y se hicieron amigas. Por lo visto, le contó su nueva amiga, que habían oído hablar de ella y por eso todos se comportaban de esa forma. 

Su amiga, le ayudó y le enseñó trucos y consejos para que pierda la vergüenza y gracias a ella, empezó a no darle importancia a lo que opinaban los demás. 

Con el tiempo, toda la gente empezó a ver a una Celia distinta, más valiente y más segura de sí misma. Empezó a hacer más amigos y más amistades y cuando se quiso dar cuenta, todos querían ser sus amigos y ver como levantaba cosas. Y por fin, se sintió ella misma. 

MIRIAM GARCÍA-HIDALGO GÓMEZ  1º ESO


MI HÉROE

Nunca olvidaré aquel día en el que adoptamos a Lucas y lo llevamos a nuestra casa del bosque. Era un perro grande y peludo, de color marrón y blanco. Le gustaba jugar mucho conmigo, que en ese entonces tenía 5 años. En un día de verano, en el que mis padres no estaban en casa, decidí que era buena idea explorar el bosque. Llegamos a un lago de agua cristalina, decidí darme un chapuzón, el agua estaba muy fría y no llegaba bien al fondo con mis pies. Lucas, aunque yo le rogaba que se metiera no quiso. Al cabo de un rato me sentía muy cansado y empecé a hundirme, Lucas, que estaba mirándome desde la orilla, al ver esto se lanzó para salvarme. Me agarré a su collar y me llevó nadando hasta la orilla del lago. Una vez allí, se sacudió y se acercó a mí a darme lametones. Cuando llegamos a mi casa mis padres ya estaban allí, se les veía muy preocupados. Al final del día nos sentamos alrededor de la chimenea y mis padres nos leyeron un cuento.

PAULA VILLAVERDE CORTÉS 2º ESO


D.E.P. 

Nunca olvidaré aquel día, en el que me dijeron que ya no estabas aquí, que no volvería a ver tu sonrisa brillar y que no podría visitarte ninguna tarde más. Ese día yo estaba feliz porque por primera vez en bastante tiempo, esas navidades nos íbamos a juntar toda la familia, sobre todo por petición tuya, pero como todo en la vida era difícil que saliera tan bien, ese 22 de diciembre tenía que pasar algo Dios lo tenía planeado así. Aquel día por la tarde escuché muchas puertas abrirse y cerrarse en la hora de la siesta, cosa que es inusual, hasta que tiempo después mi madre me llama y me da una de las peores noticias que me han podido dar en la vida, mi abuelo había fallecido, yo al principio no me lo creía, pero en cuestión de segundos empecé a temblar y a llorar desconsoladamente, me abracé a mi hermano como nunca antes, esperaba estar soñando. Finalmente, cuando me tranquilice y tome conciencia de que estaba pasando de verdad decidimos ir a verlo, yo estaba rota por dentro porque yo nunca me perdonaría las tardes que podría haber ido a verlo y que pospuse por otras cosas más “importantes”. Él ya está en paz junto a mi abuela que es lo que más quería, y yo me llevo una cosa muy importante y es que esa mañana del 22 fuimos a visitarlo y fui la última en darle un beso antes de que se despidiera de esta vida tan injusta.

SOFÍA RODRÍGUEZ 2º ESO


3º y 4º E.S.O.

UN DÍA ESPECIAL

Nunca olvidaré aquel día en las verdes praderas de Asturias, respirando el limpio y puro aire de las tierras asturianas. Todo comenzó por la mañana, despertándome a las ocho en punto con ganas de disfrutar mi estancia en Asturias. Me alojaba en una casa rural rodeada de campo y lejos del barullo de la ciudad. Desayuné unas tostadas de tomate mientras contemplaba la naturaleza desde la ventana en su máximo esplendor. Cuando terminé de desayunar, rápidamente me vestí y me arreglé para salir a celebrar la Semana Santa en Asturias. Me emocioné ya que la Semana Santa aquí se considera una fiesta de interés turístico regional, ya que se celebra a lo grande con muchas procesiones. Cuando salí del hogar, di de comer a las vacas del dueño, ya que él nos permitía interactuar con ellas, y me fui de camino a la ciudad. Llegué en torno a las doce del mediodía para no perderme la procesión, pero antes paré a por algún aperitivo mientras lo veía. Estuvo espectacular, había una barra de bufé libre y después de la procesión por la tarde había música y muchas actividades. Me fui a las ocho de la tarde para descansar de esas intensas horas en donde disfruté a lo grande. Al volver a mi estancia rural, me fui directo a los prados donde se encontraban los animales y flores místicas y espectaculares para contemplar el atardecer en esas altas praderas de Asturias. Aquel paisaje fue mágico y hermoso de ver, para entonces quedarme dormido sobre la hierba junto a los animales con el sonido de la música de Semana Santa.

SAMUEL GARCÍA-HIDALGO GÓMEZ 4º ESO


(SIN TÍTULO)

Nunca olvidare aquel día, el día en el que esa escoria apareció en mi vida, ese mismo día jure en mi estirpe que lo odiaría hasta mi último día en la faz de la tierra. 

Matías más conocido como la escoria apareció, un día como hoy, 14 de febrero del 2000, pero en vez de hacer una aparición llena de rosas, el vino con espinas. En este momento de mi vida yo estaba en 4º de la ESO, era la numero uno de mi clase en cuanto a notas y me iba muy bien, pero como esto es la vida real y no un cuento, este choyo se acabó por culpa del desgraciado, claro esto a mi me enfado y no un poco, y él lo sabía por eso le gustaba restregármelo en la cara literalmente, para mi desgracia esto siguió así hasta que terminamos bachiller porque si, nos había tocado juntos otra vez (para mi desgracia).Afortunadamente nos pudimos separar por la uní, cuatro años de luz y cero oscuridad ya que estudie para ser profe. 

Por fin la vida iba como yo quería y en el trabajo estaba que lo petaba, pero la luz se convirtió en oscuridad ya que Matías había vuelto, pero esta vez yo ya era adulta y algo mas madura y opte por simplemente ignorarlo, el plan funciono y el no me molesto hasta el día que el claustro decidió que él y yo teníamos que organizar unas actividades para el colegio en el que trabajábamos, y así lo hicimos al principio era un poco incomodo pero al final nos fuimos abriendo uno al otro sin disputas o rivalidad y esta vez nos seguimos hablando ya que la “escoria” al igual que yo había madurado y dejo esa rivalidad en el pasado.

ELENA ÚBEDA CONTRERAS 3º ESO






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