Muchas cosas se perdieron durante el confinamiento provocado por la pandemia de COVID 19: personas, vivencias, oportunidades, momentos irrepetibles.... En junio de 2020 finalizó el curso de manera inédita, con las clases no presenciales. Pasado el verano, los alumnos del IES se reincorporaron a sus clases con mascarillas, con distancia, pero juntos al fin y al cabo. Pero los de 2º de Bachillerato ya no volverían en septiembre. Su despedida del instituto que acogió a los que más durante seis largos años y a otros durante los dos años de Bachillerato fue casi "a la francesa", tan muda, tan distante, tan injusta... Cada uno emprendió su camino en una nueva vida de nuevos aprendizajes en otro ambiente, con gente nueva, en otras ciudades, con nuevos profesores, con nuevos compañeros. Sin embargo, los años en el Hermógenes contenían demasiadas experiencias vividas, amigos, sabores y sinsabores, esperanzas y decepciones, como para despedirse así, sin una celebración, sin una palabra.
Por eso, ayer 17 de julio, terminado el curso, con todos los exámenes ya hechos en la universidad, estos hermogeneros han vuelto a reunirse para celebrar por fin, aunque sea con un año de retraso, su graduación. Y lo han hecho a lo grande, en el Auditorio Municipal, con sus familias, con sus amigos, con sus profesores, con la presencia del Ayuntamiento. El acto incluyó dos presentadores excepcionales, Asier y Carlos, la actuación musical de José Francisco al piano, las intervenciones de Manuel José, director del IES, de Mª José (Chefi, como todos la conocemos), concejala de Cultura, y de Carlos, Mercedes y Andrea, representantes de los alumnos graduados.
Tras el minuto de silencio con el que inició su intervención Manuel José por los familiares y amigos que se perdieron en el camino, todos ellos tuvieron palabras emocionadas sobre el terrible curso que nos tocó vivir, sobre las incertidumbres, las dificultades, los miedos, los esfuerzos, la entrega de alumnos, de padres y de profesores.
Con esta celebración han dejado bien claro, como ha dicho Andrea, que nunca fueron y nunca serán números sin nombre, sino grandes personas en las que el Hermógenes ha dejado su huella y que ya forman parte de su historia en sus 30 años de andadura como catedral del aprendizaje y de la cultura que representa la enseñanza pública en Herencia, y repito aquí las palabras de Manuel José.
No faltaron tampoco las bromas, los regalos y, por supuesto, la imposición de becas a los alumnos graduados por parte de Teresa y Félix Antonio, que fueron sus profesores durante el último curso.
Un acto emotivo y divertido que cierra por fin una etapa importante e inolvidable para cualquier joven porque, aunque no recuerden la mayor parte de las cosas que aprendieron en el instituto, lo que nunca olvidarán serán los amigos y las experiencias que llevarán grabadas para el resto de sus vidas.
¡FELIZ VIAJE Y
QUE LA VIDA OS ATALANTE!