El 7 de octubre celebramos en el
Patio del Ayuntamiento de Herencia junto con todas las instituciones educativas
de la localidad el acto de inauguración oficial del año académico 2021-2022. Es una fecha
especialmente señalada para el IES Hermógenes Rodríguez porque fue exactamente
un 7 de octubre de hace ya 30 años cuando se impartió la primera clase en
nuestro instituto, allá por 1991, cuando ni siquiera teníamos un nombre y
éramos simplemente el Instituto de Bachillerato de Herencia.
Aprender y desaprender: una vacuna contra la intransigencia.
María Luisa Moraleda Sanz, una
mujer herenciana de nacimiento, maestra de profesión y de vocación que ha
ejercido la mayor parte de su carrera docente en la localidad de Campo de Criptana y los últimos años en Herencia, ha
aceptado el reto, a la vez que ostenta el honor, de ser la primera mujer a la
que se encomienda la labor de inaugurar oficialmente el curso académico en este
año en que se celebra el XVII Festival del aprendizaje a lo largo de la
vida.
Marisa nos ofrece su visión de la
enseñanza y del saber como elementos siempre cambiantes, en constante
evolución. Comparte la definición de “analfabeto”, no como persona que
no sabe leer y escribir, sino como persona que es incapaz de aprender primero,
de desaprender después lo aprendido y de reaprender nuevas ideas en un ciclo
constante a lo largo de toda la vida. El aprendizaje y el saber experimentan un
movimiento continuo en que las ideas que en un momento dado se consideran
únicas, inamovibles, eternas y universales, dejan de serlo, quedan obsoletas,
evolucionan o se convierten en radicalmente erróneas.
En este convencimiento, Marisa no
ha dejado nunca de formarse y de aprender, al igual que no ha dejado nunca de
enseñar, pese a estar oficialmente jubilada, y mantiene viva su vocación
docente en un sinfín de actividades culturales y de servicio a la comunidad que
lleva a cabo con distintos colectivos en Herencia. Citando sus palabras, un
docente nunca se jubila. Y es que, como ella reconoce, la chispa del
aprendizaje, lo que aprende enseñando a otras personas, es lo que la alimenta,
forma parte de su vida.
Aunque siempre ha huido de las lecciones magistrales, en esta ocasión articula su intervención en
cuatro lecciones fundamentales:
Lección 1: Desaprender.
Es necesario desaprender las
ideas preconcebidas para dar paso a nuevas ideas, nuevas realidades. Ser capaz
de pronunciar las palabras “no lo sé” y estar abierto a aprender de nuevo con
otro enfoque, con otra visión.
Lección 2: La verdad.
La verdad es siempre relativa, no
existe la verdad absoluta. Con tantos puntos de vista y tantas formas de
vivir como personas, ninguna de esas visiones es más correcta ni es más
errónea que otra, sino que simplemente son diferentes porque el saber es incompleto y
suele estar influenciado por el entorno o por la historia. Verdades
consideradas por algunos como absolutas han sustentado históricamente
civilizaciones, ideologías y religiones que no hubieran existido sin tales
dogmas inamovibles, pero estas verdades son cuestionables:
lo que es cierto para unos es absolutamente falso para otros.
Lección 3: Había que…
Recurriendo al precioso recurso
de los cuentos, Marisa nos transporta a la visión inocente del niño que
contempla el mundo y sus defectos y ante cada fallo se dice a sí mismo “había
que…”. ¡La cantidad de cosas que se nos ocurre que había que hacer para mejorar
el mundo y las pocas veces que nos ponemos a hacerlas! Ante tantas cosas que "había que hacer", el niño decide nacer.
Lección 4: Reconocer y agradecer.
En este punto, Marisa nos sorprende y nos emociona con su mención
especial a la Asociación Anthropos del IES Hermógenes Rodríguez,
representada especialmente por su director, Manuel José Díaz-Pacheco. Expresa públicamente su reconocimiento y agradecimiento a la labor desarrollada durante la
reciente pandemia de Covid 19, en la que Anthropos consiguió recaudar 11.000 €
para atender las necesidades del Hospital La Mancha-Centro y de otros establecimientos
sanitarios y asistenciales de nuestro entorno. Reconoce y agradece la gran
lección de generosidad, de cercanía al pueblo y de espíritu de comunidad que
demostraron las personas que sacaron
adelante este trabajo y de la multitud de colaboradores que hicieron su
aportación económica o personal. Para Marisa, reconocer y agradecer el esfuerzo
de los demás es también parte del aprendizaje.
Finaliza el acto con la intervención musical de Pedro Sarrión, de la Escuela Municipal de Música de Herencia, que interpreta dos piezas al piano.