Ante un público respetuoso que llena el patio del Hermógenes, solemnemente, Ani, Flavius, Vasile, Lucía, Cristina y Gema leen palabras emocionadas de repulsa de la violencia.
“Una vida, sólo una vida, vale más que todas las religiones,
vale más que cualquier idea.”
Son las palabras de Félix en boca de Flavius.
Tras sus palabras, un significativo silencio. Son más de
500, alegres y ruidosos habitualmente, pero conmovedoramente callados durante
un minuto. Y su silencio impresiona porque lo dice todo.
El acto concluye con la canción que ha sonado estos días
en todo el mundo, el sueño de paz de John Lennon. En total han sido diez minutos, breves, muy breves, pero intensos. A veces un gesto casi improvisado toca el corazón de todos de una manera en la que no podrían hacerlo mil horas de clase. Y entonces sabes que ha merecido la pena.
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