El miércoles 8 de marzo a las 12, 35 horas, en la Sala de Usos múltiples del Instituto hemos disfrutado de la sabiduría de Ángel Martín-Fontecha, un alumno que aprendió durante siete años de don Hermógenes, que nació y vivió en la calle del gran maestro que da nombre al Instituto. Una de las personas más relevantes y comprometidas de la comunidad, implicado en proyectos religiosos, sociales, de investigación, educativos, etc.
Hoy nos ha visitado el investigador y amante de la historia de Herencia. Después de recorrer muchos archivos históricos, nos ha contado cómo era la vida de las mujeres herencianas en épocas antiguas.
Hasta el siglo pasado, la mujer esta constreñida a lo que se consideraban sus labores. Pocas tenían otros oficios y menos en un medio rural como el herenciano. A lo largo de los casi ochocientos años de historia de esta villa se ha encontrado con mujeres mesoneras, varias parteras, muchas cuidadoras de niños en las labores o primeras guarderías. Herencia siempre ha tenido parteras y mujeres poblando los talleres de costura. Tuvo sus brujas que han dejado una sombra incierta, nodrizas reales de abundante leche de las que nadie se acuerda. Monjas bien comidas y monjas hambrientas, esclavas sin apellido. Pocas en total, el hogar y algún trabajo en el campo son las actividades generales femeninas.
La mujer en los documentos oficiales necesitaba una referencia masculina, al lado de su nombre y apellidos, siempre iba hija de.., mujer de.., hermana de.., viuda de...
Por último, Ángel nos adelantó una primicia: la primera mujer fiscal de España fue herenciana: Elvira Fernández-Almoguera Casas, de la que nos prometió un retrato completo más adelante.
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