Como en tantas otras cosas, la solución no reside en prohibir, sino en educar desde las familias y desde los centros escolares. Estos asumen la responsabilidad legal que tienen de colaborar con los padres y madres desde las aulas en la formación del alumnado en el uso responsable de las redes sociales, en la preparación de los chicos y chicas para detectar y denunciar los posibles casos de acoso. Las familias, por su parte, necesitan formación y guía para saber cómo gestionar el uso que sus hijos e hijas hacen de sus dispositivos electrónicos, para acompañarlos en su aprendizaje y protegerlos de los abusos que proliferan en las redes y que pueden dañar para siempre la vida de los niños, las niñas y los adolescentes, un público altamente vulnerable y que en la mayoría de los casos no es consciente de su vulnerabilidad.
Para finalizar la actividad, disfrutamos de la actuación musical de Alicia Portillo como cantante solista y Diego Cordero al piano. Un broche de oro en el que interpretaron tres canciones elegidas con gran acierto:
"29" de Demi Lovato, sobre una relación amorosa entre una adolescente y un adulto, alumna y profesor.
"Pensaba que era un sueño adolescente, una fantasía, pero ¿era la tuya o la mía?"
"Triste, louca o má" de Francisco el Hombre, sobre la rebelión de las mujeres contra el abuso que históricamente han sufrido a manos de la sociedad patriarcal.
"Que un hombre no me define, mi casa no me define, mi carne no me define, yo soy mi propio hogar."
"Tu falta de querer" de Mon Laferte, una canción de desamor.
"¿Cómo fue que me dejaste de amar? Yo aún podía soportar tu tanta falta de querer."
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